El okupa (4)
El ruido era ensordecedor, sirenas, gente corriendo, algunos riendo, otros llorando... y en medio de ese caos él me estaba mirando fijamente. Camino hacia mí me pego un tirón del brazo y me impulso a correr a su lado, todo sin palabras. Corrimos escaleras arriba y también por pasillos llenos de pintadas y carteles. No sabía donde me llevaba pero me sentía segura a su lado. De repente me di cuenta donde estábamos. En la azotea. Bueno, suena exagerada la palabra, contando que era una azotea que equivaldría a un segundo piso de altura. Otra vez mi punki me volvió a mirar, esta vez con una sonrisa pícara en la cara y me guió hacia el precipicio. Me tiré para atrás y entonces me habló por primera vez al oído. Solo dijo "no te preocupes Laura, yo te ayudo a que cojas la cuerda de la escalera para bajar. Neko nos espera fuera". Un escalofrío me recorrió la piel mientras me preguntaba en silencio: ¿Quién era Neko?. ¿Cómo sabía mi nombre?. ¿Y a dónde íbamos?.
Bajé por las escaleras temerosa, no me quedaba otra, tenía que hacerlo si no quería que me detuviera la policía.
Lo pasé fatal hasta que llegué al final de la escalera de cuerda. Cuando pisé tierra firme confieso que tuve ganas de besarla también.
CONTINUARÁ
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