La chispa de la vida. Capítulo ocho.
Elieta se reunió con Esteban en su consulta. Evidentemente era un terapeuta privado, utilizaba técnicas cómo la hipnosis y nuevas tecnologías para recomponer el alma. Su precio era bastante prohibitivo, pero Elieta, profesora de literatura retirada, se lo podía permitir.
Cuando digo que estaba retirada y con muy buena pensión, es porque Elieta sufría desde hace veinte años una enfermedad desmielinizante, Esclerosis Múltiple. Pese a estar bastante bien, cuidarse mucho, los brotes ya hace años que dejaron huellas imborrables en su cuerpo. Quizás no se veía por fuera pero cómo se suele decir "la procesión iba por dentro".
Mediante la hipnosis y la regresión Esteban conseguía mantenerla al ochenta por cien de sus posibilidades.
Volvamos a Esteban. Físicamente era rubio, ojos azules, alto, sobre el metro ochenta. Rondando los cuarenta siete o cuarenta y ocho años. Todavía muy atractivo.
Cómo decía, Esteban la recibió en la consulta con dos besos y una frase que la ruborizó: ¿Cómo está mi paciente favorita?.
Se sentó frente a ella y abrió su laptop para anotar todas sus impresiones y mejoras respecto a Elieta.
Ella estaba callada cómo siempre que visitaba su consulta, llevaba yendo ya un año y notaba mejoras aunque la sensación de vacío tras la pérdida del amor no la dejaba ver el sol detrás de las nubes.
#continuará #nessamontañés #ella #lachispadelavida #ocho
Cuando digo que estaba retirada y con muy buena pensión, es porque Elieta sufría desde hace veinte años una enfermedad desmielinizante, Esclerosis Múltiple. Pese a estar bastante bien, cuidarse mucho, los brotes ya hace años que dejaron huellas imborrables en su cuerpo. Quizás no se veía por fuera pero cómo se suele decir "la procesión iba por dentro".
Mediante la hipnosis y la regresión Esteban conseguía mantenerla al ochenta por cien de sus posibilidades.
Volvamos a Esteban. Físicamente era rubio, ojos azules, alto, sobre el metro ochenta. Rondando los cuarenta siete o cuarenta y ocho años. Todavía muy atractivo.
Cómo decía, Esteban la recibió en la consulta con dos besos y una frase que la ruborizó: ¿Cómo está mi paciente favorita?.
Se sentó frente a ella y abrió su laptop para anotar todas sus impresiones y mejoras respecto a Elieta.
Ella estaba callada cómo siempre que visitaba su consulta, llevaba yendo ya un año y notaba mejoras aunque la sensación de vacío tras la pérdida del amor no la dejaba ver el sol detrás de las nubes.
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