La chispa de la vida. Capítulo 33.
Elieta entró al baño a enjuagarse las lágrimas y volvió a despedirse del trío. Pensó ofrecerse voluntaria para llevarse al pequeño, los hospitales no son para ellos, pero no se atrevió. Para esos desmanes estaba Pablo y no perdió la ocasión.
Elieta salió del hospital con el hijo dormido de dos años de otra pareja. Sólo pensaba que decirle si se despertaba. Le diría: "Hola soy la tía Elieta. La tonta de la ex mujer de tu padre. Si, esa, la tonta de remate".
Otro taxi les llevó a casa. El niño seguía dormido. Lo tumbó sobre su propia cama y se sentó en el suelo. Estaba rendida, sus terminaciones nerviosas bloqueadas y sólo tenía ganas de hablar con Adrián. Ni siquiera sabía porqué, últimamente no sabía nada y no podía organizar la explosión de sentimientos. Primero lloró, gritó a media voz para no despertar a Pau y se sintió un tanto más liberada.
Cogió el papel donde había apuntado el número de teléfono de Adrián y lo memorizo en el móvil. Actualizó whatsapp, vio su foto de perfil, guapísimo y la última hora de conexión, las ocho y media.
Lo llamó. Dos veces. No cogió el teléfono. Tampoco ella dejó mensaje en el contestador. Es lógico que no lo cogiera, no eran horas de llamar a nadie. Mañana sería otro día.
#continuará #nessamontañés #Elieta #lachispadelavida #treintaytres
Elieta salió del hospital con el hijo dormido de dos años de otra pareja. Sólo pensaba que decirle si se despertaba. Le diría: "Hola soy la tía Elieta. La tonta de la ex mujer de tu padre. Si, esa, la tonta de remate".
Otro taxi les llevó a casa. El niño seguía dormido. Lo tumbó sobre su propia cama y se sentó en el suelo. Estaba rendida, sus terminaciones nerviosas bloqueadas y sólo tenía ganas de hablar con Adrián. Ni siquiera sabía porqué, últimamente no sabía nada y no podía organizar la explosión de sentimientos. Primero lloró, gritó a media voz para no despertar a Pau y se sintió un tanto más liberada.
Cogió el papel donde había apuntado el número de teléfono de Adrián y lo memorizo en el móvil. Actualizó whatsapp, vio su foto de perfil, guapísimo y la última hora de conexión, las ocho y media.
Lo llamó. Dos veces. No cogió el teléfono. Tampoco ella dejó mensaje en el contestador. Es lógico que no lo cogiera, no eran horas de llamar a nadie. Mañana sería otro día.
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