La chispa de la vida. Capítulo 32.

A las diez de la noche cogió un taxi y partió hacia el hospital. Todavía no sabía porqué. No lo comprendía pero no podía dejarlo sólo.

Preguntó por Ivana y subió a su habitación.
Al entrar la imagen que vio la dejó impactada. Estaba Pablo abrazando al bebé sobre la cama. Ivana llena de cables y goteros. En coma pero seguía viva peleando. Quizás su juventud y la maternidad la aferraban a la vida.

Caminó cuatro pasos más y se acercó a ellos. Abrazó a Pablo y al niño, y sintió tanta pena que se arrepintió de haberle deseado todos los males de la tierra cuando la abandonó.
Elieta volvió a mirar a Ivana, tan bella y en la flor de la vida. Ella era una inocente al fin y al cabo en esta "guerra".

Pablo dejó a su hijo dormido en el carro y se sentó junto a Elieta. Derrotado, sujetando con las manos su cabeza y llorando parecía un niño. Al fin pudo articular palabras y decirle que es lo qué había ocurrido.
Por lo visto Ivana se saltó un semáforo y tuvo un choque frontal contra otro coche. Por lo pronto estaba teniendo más suerte que el ocupante del otro vehículo puesto que murió en el acto.

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