Mi ángel guárdame un sitio en el infierno porque algún día pienso bajar a buscarte
Son días en los que los recuerdos se apoderan de ella y en los que se convierte en sonámbula. Solo repite estas palabras incansablemente: " Mi ángel guárdame un sitio en el infierno porque algún día pienso bajar a buscarte" y huele a dibujos secretos que llenan páginas en blanco, a ilusiones enterradas que echan raíces, al balanceo de su corazón siguiendo al viento de su mirada, a los colores con los que llenaría los abrazos de las sabanas de su oportunidad, a la lucha por no marchitarse cada vez que él que se aleja sin ni siquiera darle una razón. Pero sobre todo ella huele a fragilidad.
Ella lo mira desde la lejanía mientras la inmensidad de su partida se hace más cierta. Piensa que extendiendo los brazos puede abarcar su presencia pero todo se convierte en una bruma, huidiza. Yo a el le grito que la espere, que no se marche, que no la deje, pero tampoco me escucha.
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