Nadie olvidará a Lola en nuestro hotel
Lola ha fallecido de madrugada en nuestro hotel y ha dejado escrito como quiere que sea su funeral. Principalmente desea que haya lágrimas, porque no hay nada más triste que un funeral sin lágrimas, pero también deben de haber risas, porque la vida sin risas no vale la pena y la muerte menos. Ha dejado escrito también que no quiere que se lamente su muerte, que quede claro, que se aplique y se celebre lo que ella fue, lo que hizo y lo que vivió. Con sus noventa años pide que los asistentes bromeen, cuenten chistes, cuentos… porque quien la conocía en vida sabía lo que ella amaba los cuentos.
Quiere un velatorio tipo irlandés desde que comience a ponerse el sol hasta bien alargada la noche, debe oírse el rumor del mar, cosa que cumple nuestro hotel. Debiendo de servir ron, whiskey y gin tonics sin parar a los asistentes, ya que tienen que acabar borrachos de alcohol, lágrimas, risas, música y sal de mar hasta la madrugada.
En cuanto a música debe de sonar habaneras, cantadas por guapos marineros vestidos de blanco. Quiere que todos los que vengan a decirle adiós canten “el meu avi”, su preferida.
Las cenizas desea se esparzan al llegar al medio día en el mar, en silencio.
Quiere que sea un día de celebrar la vida.
Nadie debe olvidar jamás el día en que se le dijo adiós a Lola.
Comentarios