Carta para Estrella, la huesped de la habitación 22

Estrella,

Te estuve esperando en la playa hasta bien entrada la tarde. No viniste. Hice tiempo pensando, escribiendo, leyendo, creyendo que vendrías… Volví de nuevo a la noche, creyendo que, curiosa, acudirías a encontrarte conmigo. Y volví a esperar hasta donde la luna murió y el sol empujaba con fuerza para nacer. No viniste. Te escribí miles de nota al amanecer de todas las formas posibles hasta dolerme las manos, hasta doblegar intenciones. El mar era nuestro refugio y la tierra se movía a nuestro antojo. Pero no viniste.

No por esa razón me doy por vencido y aunque el encuentro que vivimos en el pasado fuese efímero, yo te estuve esperando y te estaré esperando, te seguiré escribiendo porque no quiero dejar(te), dejar(me) ni dejar(nos). Me has enseñado que el amor es más grande que la vida y que sin tí, yo soy diminuto.
Me faltan días para quererte, de algo estoy seguro, y es que me van a faltar toda la vida. Tengo claro que te quiero y que no me apetece construir otros mundos.

No sé que más decirte que pueda convencerte de mis intenciones...

Luján

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