En esta vida da igual lo que pidas, siempre pide dos.

Laura y yo estamos juntas, haciendo balance de nuestras relaciones, en un bar.

Ella está tomando un café con leché y yo estoy disfrutando de un cappuccino. En sitios así, la gente encuentra un hueco para escapar de sus vidas, un efímero tiempo para olvidarse por completo, ya que una vez fuera todo vuelve a ser real y difícil.

Laura sufre por las últimas decisiones tomadas y yo poco puedo aportar cuando estoy con ella, pues mi mente está en cualquier lugar remoto, en otros bares quizás, con una taza maltratada por el tiempo.

Últimamente se nos da bastante mal lo de sonreir a ambas. Es imposible negar lo evidente. Pero seguro que peores tiempos nos aguardan de cuyas decisiones el día de mañana estaremos orgullosas. Debemos disfrutar de lo que tenemos, da igual si poco o mucho, es lo más coherente.

En esta vida da igual lo que pidas, siempre pide dos.

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