Surrealismo cotidiano

Ara se ha divorciado, pero no lo ha hecho cualquier día del año. La ratificación del fin de su matrimonio canónico fue ayer, día de San Valentín, después de once años de vida en común como marido y mujer y muchos más, quince para ser exactos desde que se conocieron.

Llegó al juzgado número 26 de primera instancia y comprobó de motu propio que casi había más gente divorciándose que casándose y eso le hizo gracia. Realmente es curioso que el día de los enamorados el juzgado estuviera a rebosar por personas que querían alejar sus vidas los unos de los otros.
Nunca fue muy devota del santo consumista pero si del amor y esta circunstancia surrealista le hace vivir estos días con cierta nostalgia.

A Ara se le junta que hoy se cumplen veinte años de la muerte de su padre y del sueño premonitorio de despedida y eso le hace estar un poco dispersa. Tiene claro que todo volverá a la normalidad próximamente pero mientras tanto no puede evitar pensar que su vida tiene un cierto aire de película melodramática.

Seguirá viviendo con Martín, porque es el amor de su vida, aunque no sea la resolución habitual frente a este tipo de separaciones, ellos son diferentes y se quieren. Su divorcio viene dado por otros motivos que a nadie le importan, incluido a ellos mismos.

Ara, vive del día de buena mañana como cualquier otro, por lo menos en apariencia, se sienta en el ordenador de su trabajo, de buena mañana y se pone a revisar correos, sintiendo que con eso ocupa su mente, convirtiéndose en alguien del montón y de esta forma su vida parece más normal, por lo menos para quien no la conoce…

Comentarios

Atonau ha dicho que…
¡¡¡¿¿¿ Se divorcia.... pero seguirá viviendo con él !!!!????....

Ala.... los pisos estan escasos... y los compañeros con laburo para seguirlos pagando.... pero... ¿¡¿¡¿¡después de un divorcio?!?!?!?!
Nessa Montañés ha dicho que…
Recuerda: La realidad supera a la ficción...
Ara y Martín son un par de locos. Doy fé...

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