Melibea y la lluvia
A Melibea le encanta la lluvia. En días como el de hoy, sale al campo a mojarse y a oler el perfume de la lluvia mezclado con el de la hierba fresca. Es lo que tiene vivir aislada entre montañas en una aldea, apenas deshabitada, que sus gentes perciben cosas que en la ciudad ni las sueñan.
La lluvia, a la vez la asusta porque trae consigo truenos, relámpagos, rayos y a veces se va la luz en su casa. Entonces enciende una vela, abre un libro y lee sintiéndose como una mujer de otra época.
Sabe que tras la lluvia regeneradora siempre sale el arcoíris. Y con él, el resto de niños se atreve a salir a la calle y a correr cazando caracoles.
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