María y yo

Estamos juntas, María y yo, sentadas en el comedor de su casa, comentando el fracaso de su última y larga relación.

María sabe que toda su vida se ha dejado llevar por los sentimientos y ha descubierto a día de hoy que ha perdido media vida… ¿Qué pasó con aquella mujer llena de sueños?. Ahora se da cuenta de que realmente no fue feliz y si es cierto que tuvo amor, tuvo buenos momentos… pero realmente ¿fue feliz?. No se siente satisfecha de la vida que ha llevado y sabe que eso debe cambiar porque sus planes se han visto sacrificados por la locura del día a día. Tiene claro que el amor la ha convertido en un ser débil e irracional pero tiene derecho a coger las riendas de su vida y cambiar. Debe pensar menos con el corazón y más con la cabeza para conseguir encauzar su vida y levantarse de entre los escombros de su propio sufrimiento.

Yo le digo, entre abrazos fraternales, que el pasado hay que dejarlo en el pasado, pero sabiendo que el olvido no existe, porque olvidar eventos de alegrías o de dolor sería como borrar nuestra historia de vida.

La quiero tanto, además ella es como mi espejo…

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