Un lastre menos
Últimamente me he liberado de un gran lastre, es decir una
amiga de esas de las de toda la vida, incluso mucho más, ya que me vistió de
novia, le dí el ramo de mi boda y mis hijas, sobre todo la mayor, la llamaban
tía. Una chica de esas que tiene un gran sueldo, que ha sido criada para ser
una triunfadora y una adicta a la cocaína. Es triste, debo confesarlo, sobre
todo cuando se rompe una amistad por orgullo de la otra, por no saber pedir
perdón. Pero es que su forma de ser estaba últimamente desvariando: venía a mi casa a darme lecciones de super mujer y
super madre, tiene una hijo de cuatro años, en cambio otras veces venía
completamente “colocada” de cocaína y cerveza a pasar la noche ya que no estaba
en condiciones de conducir hasta su pueblo y yo a acogerla en casa con los
trastornos que ocasionaba. Cuando comenzaron las llamadas, mensajes y wasapps a
deshoras fue el comienzo del fin. Por más que le decía que estaba durmiendo o
que no eran horas seguía llamando y ninguna vez pidió perdón o dio explicaciones
de sus rayotes mentales y llegó un día que llamó a las cinco y media de la
mañana porque vio luz en mi casa… y entonces explotó la bomba. A esas horas no
llamo yo por teléfono ni a mi madre… Hablar no hablamos, un par de correos electrónicos
fueron suficientes y se acabó una amistad de dieciséis años… pero en realidad
como decía en mi caso me liberé de un lastre que no me beneficiaba nada. No me
siento arrepentida de haber reaccionado con “un pronto y un paño” como aquel
anuncio, ni defraudada porque ya hacía un tiempo que nos habíamos distanciado, sinceramente
este tema me deja fría y tranquila a la vez.
Comentarios
en un río turbio como chocolate
nuestros barquitos de papel
fueron una vez invencible armada
hoy navegamos mares distintos
en universos separados
visiones diferentes nos separaron
tronamos cañones uno contra el otro
cuatro lustros han bañado las playas
cuatro lustros han roido las rocas
asperas torpezas... tuyas y mias
de compras ahora, de arreglos luego
cargando gas o sacando basuras
y el olvido ha dejado... la invensible armada
Quisiera salir de caza como otrora
Quisiera bebernos una chela
saltar del techo
picar el toro cariblanco
pero tus años son distintos de los mios
vi otros ríos y vivo en otros mares
cuatro lustors... no son nada
ya vendran los días
quiza con las nubes doradas
en que podamos sentarnos... al borde del techo
y mirar con ojos prestados las vidas del otro
y beber un vinillo
y cantar con tu guitarra
y reir con nuestra alegría
¿amigos?... ¡amigos!