Gracias y otras cosas
Bueno quiero dar las gracias, a todos los que se acordaron de mí, unos lo hicieron
ayer y otros hoy, en su mayoría más gente de la que esperaba, por lo menos
recibiría cien mensajes entre llamadas, facebook, whasapp, twitter y sms.
Pero como soy egoísta, quisiera hacer constar también,
porque necesito gritarlo a los cuatro vientos, que tres de mis amigas, de esas
pocas que se tienen, de esas que se llaman amigas verdaderas, en el sentido
literario de la palabra, no se acordaron de mi cumpleaños.
Habrá quien me diga que no me queme por cosas tan triviales, que son pequeños
detalles, que no se olvidan por maldad… pero si los juntas todos llega un día
que explotas.
Llamémosle casualidad o coincidencia, me da
igual, también debo confesar que soy rencorosa, además estoy cansada de
exigencias por su parte. Prefiero fluir en cuanto al tema de la amistad y pasar
el tiempo con quien en ese momento me apetece, no obligarme a pasar los días
con personas que me han impuesto los años. Creo que cuanto más conoces a las
personas más te cansas de ellas y por eso no debemos sobrevalorar el
significado de la palabra amistad.
Amigos son aquellos con los que se pasan buenos
momentos, amigos son aquellos a quien queremos, por quien nos preocupamos,
quienes se preocupa por nosotros, en definitiva, como nuestra propia familia.
No puedo exigir, reincido, en que se acordaran
de mi estas tres personas, porque tienen sus vidas, pero si puedo hacer publicas
mis convicciones y mis valores para que después a mí no me reprochen lo mismo.
En fin, lo importante es llegar a casa y ver a
mi marido y a mis hijas locos por recibirme, con el comedor lleno de globos y
con una tarta de Pocoyó… sigo siendo una “pipiola” pero de 35 años.
No necesito nada más en esta vida para ser
feliz, solamente sus sonrisas, para qué mas…
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