Otra curiosidad más de San Valentín: la Lupercalia
Que curiosa es la lectura de la historia del día de hoy, del día de san Valentín, festejado actualmente por millones de enamorados, de varios continentes hunde sus raíces en la Roma clásica, en la fiesta februa (v. febrero) de los latinos, un ritual de purificación que legó su nombre a este mes. Cada año, el 14 de febrero, los romanos homenajeaban a Fauno Lupercio, el equivalente latino del dios griego Pan, protector de los rebaños, que también representaba la sensualidad masculina desenfrenada, expresada en los mitos de faunos y machos cabríos.
En este festejo, llamado Lupercalia, los jóvenes romanos corrían por las calles cubiertos apenas con una piel de cabra, flagelando a las muchachas que encontraban a su paso con correas de cuero, en la creencia de que este castigo daba fecundidad a sus víctimas. Durante los primeros siglos después de la entronización del cristianismo como religión oficial del Imperio romano, los fieles de la nueva fe continuaban celebrando muchas fechas paganas, tales como la fiesta del Sol invicto y el homenaje anual a Fauno Lupercio.
Y es que la fiesta del azote, del flagelo, sigue existiendo en muchos pueblos de nuestra geografía, de hecho en el mío para la semana de fiestas veraniegas, los muchacho “quintos” disfrazados de personajes de la cultura del pueblo y con cabezas de cabezudos persiguen a las muchachas “quintas” con una correa y las van azotando en sus culos o donde les surge. Seguimos siendo unos animales por civilizar por más que nos creamos otra cosa…
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