Ácida introducción al caos de Elsa
“Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas,
se paró el aguajero ara somos flotando dos gotas,
agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor,
me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor.”
“Dulce introducción al caos” del gran disco “La ley innata” de Extremoduro. Fantástico Robe.
¿Qué le ocurre últimamente a Elsa? ¿Por qué siempre está esperando el momento de liársela a todo el mundo? Acaso no puede contener su malestar y lo paga con el primero que pilla. Ella sabe que no es plan pero no puede resistir que una racha de viento la haga blasfemar. Por lo menos en el trabajo se contiene pero con el resto del planeta ya bien sea por la confabulación de los astros o por la mala suerte del momento no puede.
Cree pensar que todo viene de la rutina, del resto de problemas maritales, de la falta de dinero, de la falta de respeto o de la acumulación diaria que la supera. Elsa no imaginaba así su vida y eso son palabras mayores.
Últimamente se despierta tarareando parte del estribillo de “la dulce introducción al caos” de Extremoduro y se siente tan identificada que se asombra. Elsa no puede más y lo sabe, o acaba con él o acaba con su vida, ya está bien de amargar al resto de personas de su entorno. C’est fini.
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