Dos problemas por exhibicionista no-literaria
Escribir públicamente siempre me ha dado problemas. La primera vez que me pasó fue con mi jefe, gerente de una empresucha de energías renovables, se masturbaba leyendo mis estupideces de fin de semana y desahogos varios del trabajo, por lo que decidí no hablar más de esos temas laborales que a mi Boss (así lo llamaba yo en privado) tanto le quitaban el sueño. Finalizó mi secretariado en esa empresa de forma brusca y con aprovechamiento por mi parte de una eterna baja maternal. Anda y que lo ondulen con la permané, por guarrindongo...
La segunda vez mi hombre se enfadó cuando sorprendido por mis textos en mi diario personal decía sentirse molesto por mis palabras de amor desaforado por y para quien según el llama mi "exnovio" pero para mí que nunca lo fue, solo un sueño. Entonces contesté: Nunca mais volveré a escribir de él en papel y así desde entonces hasta hoy, aunque a veces releo mi diario y suspiro como una gilipollas...
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