El espejismo de la realidad y los regresos
La infancia y la adolescencia son esos sitios a los que siempre regresamos sin darnos cuenta de que están llenos de trampas.
Un día los abandonamos y al cabo de los años queremos encontrarlos como si no hubiera cambiado nada.
No sabemos que nada es como era, ni los sitios, no nosotros, ni nada. No sabemos, no queremos saber, que nada dura siempre. Pero a veces lo intentamos, intentamos regresar a esos sitios de donde nos marchamos hace mucho tiempo. Las montañas, los rios siguen allí, y las gentes. Pero no son lo mismo. Tienen sobre ellos la obscena pátina del tiempo transcurrido, la erosión que ha ido socavando sus cimienos y llenando de cicatrices el alma que creimos incorruptible. La nostalgia. La poesia excesiva, fraudulenta, que convierte la realidad del regreso en un espejismo deformado, de esos que salían en la Dama de Shangai y al final estallaban llevándose por delante a los protagonistas de la historia.
Les pasa más o menos eso a los veranos. Ninguno, como los los años de infancia y la adolescencia, es igual al anterior. Solo hay un signo que los junta, que los hace iguales, y es que se acaban, como las botellas de buen vino, como el amor aquel que cantaban...
By Alfons Cervera
El espejismo de la realidad y los regresos
El largo y cálido verano
Nº 2225 - Cartelera Turia
Un día los abandonamos y al cabo de los años queremos encontrarlos como si no hubiera cambiado nada.
No sabemos que nada es como era, ni los sitios, no nosotros, ni nada. No sabemos, no queremos saber, que nada dura siempre. Pero a veces lo intentamos, intentamos regresar a esos sitios de donde nos marchamos hace mucho tiempo. Las montañas, los rios siguen allí, y las gentes. Pero no son lo mismo. Tienen sobre ellos la obscena pátina del tiempo transcurrido, la erosión que ha ido socavando sus cimienos y llenando de cicatrices el alma que creimos incorruptible. La nostalgia. La poesia excesiva, fraudulenta, que convierte la realidad del regreso en un espejismo deformado, de esos que salían en la Dama de Shangai y al final estallaban llevándose por delante a los protagonistas de la historia.
Les pasa más o menos eso a los veranos. Ninguno, como los los años de infancia y la adolescencia, es igual al anterior. Solo hay un signo que los junta, que los hace iguales, y es que se acaban, como las botellas de buen vino, como el amor aquel que cantaban...
By Alfons Cervera
El espejismo de la realidad y los regresos
El largo y cálido verano
Nº 2225 - Cartelera Turia
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