Carta

¿Cuántas veces comencé a escribir esta carta? ¿Y cuántas la rompí?
Desde que te conozco sé lo que busco, porque mi principio y mi fin eres tú.
Te he sentido en tantas partes, en tantos pensamientos, sueños...
Estoy condenada de por vida a desearte y recordarte porque el capricho que me une a tí bate con la furia de un tornado.
Aunque yo quisiera escapar de todo por mi bien y dormirme en los brazos del maldito tiempo, es difícil seguir alimentando una esperanza que no existe, seguir creyendo que me quieres o que volverás...
Todo por intentar convertir tu recuerdo en realidad.
Quisiera volver a recordarte como mi amado y volver a juntarnos en el pub de siempre, los mismos de siempre, como "niños" de instituto... y así pensar que tu aliento, tu presencia, tu cuerpo... siguen atravesándome como entonces, porque es duro llenar el hueco de tu voz con mentiras.
Si supieras que cerrando los ojos te veo o que estirando los brazos te toco pensarías que estoy loca... pero es que en esta casa queda tu esencia y es de ella de la que yo me beneficio.
Estás clavado en mi pecho como una daga que suavemente me acaricia y por momentos me daña.
No sabes quien soy o por lo menos no me recuerdas y por eso esta vez yo juego con ventaja, llegaré a tí mientras me considere llamada...

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